lunes, 25 de enero de 2010

UNA MARCA TERRITORIAL PARA EL TACHIRA


Recientemente hemos concluido una investigación para la universidad “Rafael Belloso Chacín” de Maracaibo, sobre la definición de un modelo para la construcción de marca territorial en el Táchira. En principio, el tema de la marca territorial no es novedoso en gran parte del mundo, en donde las regiones se mercadean como los productos, ofreciendo sus ventajas, compitiendo por recursos, flujos de personas, capital intelectual y dándole valor agregado a sus bienes y servicios.
Las regiones compiten, quiéranlo o no, estén preparadas o no para ello. Países, regiones, ciudades, municipios, construyen marca territorial para diferenciarse del resto de competidores y posicionarse en la mente de los potenciales consumidores. En la actualidad se estima que unas 5 mil doscientas regiones en todo el mundo poseen su propia marca territorial.
Una marca territorial se define como la selección de un símbolo gráfico, uno o varios colores, un mensaje o slogan que sea el reflejo de la sociedad representada frente al mundo. Es por ello que una marca territorial es, primero, expresión de la identidad (social, cultural) de un pueblo y por el otro señala la fortaleza competitiva de un territorio mediante una propuesta de valor hecha al potencial consumidor a través de su marca.
Las marcas territoriales son herramientas estratégicas para mercadear una región. Una buena marca territorial unifica esfuerzos de comunicación, identidad e imagen de una región, permite consolidar un efectivo plan de promoción de la región aglutinándolo alrededor de la marca.
Ejemplos cercanos como “Colombia es pasión”, “Zaragoza: un reto, una ciudad” o “Tenerife: disfruta de todo”, son demostraciones del éxito que deriva de la construcción de marca territorial.
Es por ello que esta herramienta, en el caso del Táchira, debe nacer de un proceso de definición clara de nuestra identidad y de nuestra capacidad competitiva real. No se puede ofrecer al potencial consumidor o inversionista lo que el Táchira no es ya que se presentaría un conflicto entre nuestra realidad (identidad) y la imagen que pretendemos mostrar.
Por otro lado debemos desarrollar una estrategia competitiva a partir de la identificación de las cadenas productivas que tengan una real capacidad para competir, apostando allí nuestro esfuerzo y los cada vez más limitados recursos que poseemos.
Una marca territorial debe nacer del consenso del sector público, privado y sociedad civil si quiere ser exitosa tal y como lo han demostrado experiencias en España, en Colombia, Argentina, Chile y Brasil por citar solamente casos Iberoamericanos. Una marca territorial que nazca impulsada solamente desde el sector público, se transforma en una marca que identifica gestión y que será sustituida por otra cuando cambie el signo político.
Por otro lado, una marca territorial impulsada desde el sector privado exclusivamente, carecerá de la representatividad e impulso del representante político del Estado. La marca territorial debe ser convalidada y apoyada por el mayor número de factores sociales para que esta tenga fuerza e identificación con el ciudadano común.
Finalmente, todo plan de promoción del Táchira, sus bienes, servicios y productos en general, si realmente quiere ser exitoso en un mundo globalizado y competitivo, debe pasar primero por un proceso de construcción de marca que permita unificar todo esfuerzo, recursos e iniciativas de forma racional y coherente.

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